jueves, 19 de febrero de 2015

Una vuelta por Bahía, Brasil

¿Salvador Dalí?, no!! SALVADOR BAHÍA!

Bahía tiene algo de especial, hay mixtura de gente, de arquitectura (colonial, moderna, funcional), de sabores, de aromas. Y tiene eso que caracteriza a Latinoamérica, el caos, la falta de infraestructura (no hay gas natural por ejemplo), hay cables por todos lados, que a la hora de sacar una foto, te enmarcan de manera elegante la foto, los cables atraviesan, se cruzan, se enredan, pero llegan a su destino con algún servicio. Hablando del servicio de transporte es aleatorio, a veces los ómnibus vienen a tiempo, algunos se hacen esperar y otras veces llegan ahí justo a tiempo, evitando la ansiedad de comenzar el recorrido. 

Primer día del recorrido, cuando estábamos descendiendo observé desde la ventanilla del avión, la costa de Bahía de todos los Santos, la ciudad, la playa y como el mar dibuja sus olas, eso no es todo, las nubes y un arco iris gigante que se instituía como un arco sobre la ciudad. Me dije a mis adentros, este es un buen comienzo. Así es me dije a mi misma, como dice el tema de Sabina "y desafiando el oleaje, sin timón, ni timonel, va mi Corazón de viaje, ligero de equipaje".



Apenas llegue tomé un ómnibus para llegar a Río Vermehlo, lugar donde se encontraba el hostel, no recomendable, pero como me quedé solo 5 días efectivos y 6 noches, y el precio era más que económico, no atiene a buscar otro. 

El ómnibus iba a Plaza Da Se, para mi sorpresa el recorrido mayoritario de los 20 largos km, era por la Av. Oceánica que a veces se transformaba en Av. Vargas (ahí se me hincha el pecho por la admiración a este líder político) obviamente se veía la costa, el mar, y ya la sonrisa se hizo carne en mí. 

Emprendí mi recorrido por Pelourihno, es el casco histórica, de la primer capital de Brasil, las calles de adoquines, irregulares, las casas coloniales, pintadas de diferentes colores, la rejas, los balcones, todo en armonía para recibir a los turistas, que es lo que sobresale? la respuesta automáticas son las iglesias, las hay en sus más variadas congregaciones (San Francisco, Nuestra Señora del Carmen, La Iglesia nuestra señora de los negros). 

También están los vendedores ambulantes quieren vender, te persiguen para darte una pulsera de BONFIM, aunque dicen que te regalan la pulsera para marcarte y para que te roben, esto es el TN callejero.Los puestos de comida de las bahianas, donde el acarajé es el plato típico, o el bolliño de estudiante, ambos fueron degustados por esta persona que escribe. En esa mixtura, de callecitas pequeñas, adoquines, uno respira el estilo de las ciudades coloniales, las primeras donde se inicio la colonización, en este caso Lusitana, por eso el portugués. Aquí fue un punto importante de comercio de esclavos, por eso vemos la impronta afro. Los negros han puesto la fuerza, el trabajo y la dignidad para la colonia. ¿Qué injusto no? Otra cosa interesante que ofrece el centro histórico es la primera Facultad de Ciencia Médicas.




Cuando entré a una iglesia, conocí a una turista de Arrecife, al intercambiar palabras para que me sacará y yo le sacará a ella una foto, ya nos pusimos de acuerdo y empezamos a caminar juntas por Pelourinho. Muy simpática, también viajaba sola, para mi una ventaja porque ella manejaba el idioma de maravilla. Luego de sacarnos fotos, identificar lugares, huir de las calles donde veíamos gente extraña. Cómo te condiciona el prejuicio de la gente, ojo qué es inseguro!! De allí partimos para el elevador Lacerda, es un ascensor que comunica la ciudad de Bajo con la de Arriba, ahí fuimos al mercado modelo, donde venden artesanías, remeras, todo para el turismo. 
Fuimos al Farol de la Barra, viejo, antiguo, divino caminamos, nos sacamos las zapatillas en mi caso, pisábamos el mar transparente, se veía una playa pequeña con rocas, y el Fuerte por un lado y por el otro, el Faro era el limite de cada una de las playas, luego nos sentamos en las cadeiras (sillas que te alquilan) y estuvimos charlando mientra compartíamos una cerveza y queso caliente. Ella peleó el precio porque íbamos a estar poco tiempo. Luego tomamos un ómnibus y nos fuimos a la playa Pituba
Otra playa amplia, donde había una feria de la economía social podríamos decir así. Seguidamente retorne al hostel, calce mis zapatillas de correr, y metí 40 minutos de trote a la vera del mar, y con llovizna un privilegio, en mis oídos, sabina "ella le pidió que la llevará al fin del mundo, el puso a su nombre todas las olas del mar".


Otro día:

Fuimos a Playa Do Forte, y al complejo Tamar, donde esta la reserva de tortugas marítimas, y otros invertebrados, las tortugas eran gigantes, había albinas, pequeñas, de distintas especies, camine por la playa, saque fotos, y tomé unos mates a la sombra porque el sol es tan fuerte. Fuimos a otra playa que no anote el nombre y me olvidé. 



Un día: 
Me alisté con la intensión de ir a la Feria Sao Joaquín, pero por ansiosa me metí al final de la feria y recorrí una parte donde solo había pescado, carnes etc, sin refrigeración. Así que huí rápidamente y llegue a través de un bus a la iglesia BonFim, iglesia icono de Salvador Bahía, es la iglesia de las tiritas de diferentes colores donde uno pude pedir sus deseos, sus pedidos, de ahí fui a la Rivera, camine un poco bajo ese sol sofocador y de ahí retorné para ir nuevamente a Pelourinho. Me encanta esa parte de la ciudad colonial, me encanta recorrer de nuevo el lugar y encontrar otros detalles, que la primera vez no había visto, fui al museo de la ciudad, y a la Fundación Jorge Amado, allí conocí bien la vida del escritor, aunque nunca leí nada de él, conocí su importancia, y su proscripción sobre todo del golpe 1964, me acordaba de algunas vinculación con Neruda, que había visto en la casa de Neruda en Santiago de Chile. 
Siguiendo los caminos de mi amigo Pablo, fui al resto Senac, delicia allí probé toda la comida bahiana, me encanto la Moqueca de camarón, los camarones y el postre Quedim. Acompañado con una cerveza Bohemia, la primera de Brasil, esa cerveza es tan suave, es tan elegante en boca, qué puedes tomar muchas por que es liviana. 
Fui a Olodum son conocidos esta organización porque grabaron un video con Michael Jackson

De allí fui al Farol de Itapua, estaba empecinada en ir a ese farol y a la plaza Vinicis Moraes (allí el canta autor) realizó una canción llamada Tarde en Itapua, y porque vivió durante un tiempo en Salvador.


Otro día: 
emprendí el viaje a Itaparica la isla que esta enfrente a Salvador y es conocida por sus playas tranquilas, fui en el barco de los trabajadores. Atravesamos en el barco en 40 minutos llegamos a Itaparica, donde la vista de la Bahía mientras se aleja el Barco es fantástica, se ve de cerca el Fuerte San Marcelo, y se identifica bien la ciudad baja, de la alta, se idéntica el puerto donde están las lanchas de paseos, y el puerto donde están los barcos de transporte. 
En Itaparica fui a Fonta da Arena, maravillosa el agua, ni una ola, calma, transparente donde te podes meter hasta mucho distancia que no pasa nada. Mi mente divago en la lectura de "La inmortalidad de Milan Kundera", divago mirando ese mar calmo. 



Otro día más:
Tomé la calle 7 de septiembre, descubriendo los precios baratos y el mal gusto de las prendas, eran baratas pero la combinación de colores no me gustaba, pero no por estructurada, ni para dormir. De repente empezó a llover con todo, así que iba avanzado lentamente en las tiendas. 
Luego de preguntar a muchas bahianas si tenían boliño de estudiante, lo encontré, nada del otro mundo, también encontré la heladería Cubana (histórica). 
Como dice un artículo que leí hace poco, uno considera los lugares, los mapas, por los que ya conoce y los que no. Bahía de todos los Santos: un lugar de Brasil, ese país continental. 
Ojalá pueda trasmitir la experiencia vivenciada.